El Derecho nace con la historia y transitará
con ella hasta que sólo quede un hombre en la tierra; y mientras avanza, se va
alimentando de los logros que el ser humano va alcanzando con el pasar del
tiempo.

Hoy la informática – a través de su
concepto de Inteligencia Artificial[2]
– postula su influencia en el campo decisional jurídico. Así entonces, se trata del hecho que una
computadora realice las funciones propias de un ser inteligente en todo aquello
que se refiera a razonamientos y toma de decisiones.
La Inteligencia Artificial, aplicada al
campo del Derecho, tendría implicancias prácticas como por ejemplo en el
análisis que se harían de los hechos delictivos a fin de que se logre alcanzar
una calificación jurídica de los mismos, o quizá recomendaciones relevantes
para cada caso litigioso concreto. Ya no es sólo brindar abundante informacion,
a través de una base de datos contenidas en grandes almacenes virtuales, por
medio de la cual se tome una serie de decisiones; la inteligencia artificial
postula sugerir decisiones posibles, “ya
construidas a partir de razonamientos que imitan la forma en que los operadores
humanos podrían enfocar, razonar y justificar un caso legal”[3].
Existen voces, de aquellos que señalan
con cierto énfasis, de que será imposible remplazar al ser humano en el plano
de las decisiones con relevancia jurídica, mucho menos cuando el Derecho vive –
dinámicamente – retroalimentándose de conceptos y argumentaciones muy
complejas, difíciles de encuadrarlas dentro de otro sistema complejo. Podríamos
cuestionar y preguntarnos ¿dónde quedaría el papel del juzgador al momento
imperante de interpretar las normas jurídicas, de aplicar los principios
fundamentales del Derecho?, etc. Tal
como señala Julia Barragán, “La
construcción de una decisión es siempre un proceso complejo, en el que combinan
la evaluación de diversas alternativas de acción (condenar/absolver, admitir/rechazar)
con la evaluación de las situaciones del entorno que generalmente asumen
también un carácter complejo. En el caso particular de las decisiones
judiciales el entorno contiene tanto los elementos normativos (bajo todas sus
formas), como los elementos fácticos (en toda su complejidad)”[4].
De entrada, es de suponer. que si se
integran la totalidad de los datos para emular una decisión judicial, el
resultado será casi o tan igual a los datos que se ha proporcionado un Juez
para dar su fallo. Así como avanza la tecnología, considero que no pasará mucho
tiempo para poder apreciar un caso litigioso en el que la decisión judicial provenga
– como ya lo caracteriza Danièle Bourcier – de un “legislador cibernético”[5],
en remplaz de un legislador humano. Esta dialéctica entre el conocimiento y los
avances tecnologícos no se detendrán ante la mirada temerosa de aquellos que se
piensan indispensables para tales ejercicios.
Aquellas escenas de películas de
ciencia ficción que creíamos imposibles o demasiado futuribles para ser
realidad, dejaron de serlo; sin miedo al avance tecnológico y sin descontar la
importancia capital del ser humano en su papel de tomador de decisiones
judiciales, deberá encontrarse un punto medio en el cual ambos (Juez e
Inteligencia Artificial) logren lo que – sólo – humanamente no hemos podido
satisfacer: una verdadera justicia social.
Puede parecer efímero, etéreo, utópico,
inalcanzable, imposible, irreal, ficción, etc., conceptos que no detendrán el
avance de la tecnología y de las aspiraciones humanas; progreso al que los
operadores del Derecho no pueden dejar de percibir el gran aporte que generan
las nuevas tecnologías de la información.
Diapositivas
[1] INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y
DERECHO: ¿UN ENCUENTRO POSIBLE? Autor: Nuria Cuadrado
Gamarra. Doctora en Derecho. Profesora de la Facultad de Derecho de la UCM
[2] “En
su sentido más amplio, la frase “inteligencia artificial” (IA) alude a
la posibilidad de que una máquina pueda simular los procesos de razonamiento
que caracterizan al cerebro humano”. INTELIGENCIA
ARTIFICIAL Y DERECHO, Por Christian
Hess Araya,en
http://www.alfa-redi.org/rdi-articulo.shtml?x=821
[3] “LAS BASES DE DATOS LEGALES E INTELIGENCIA ARTIFICIAL
¿CÓMO DESAFÍAN EL LENGUAJE DEL LEGISLADOR?”. Ricardo León Pastor, Lima, 2009. Lima, julio de 2009. Pág. 25
[4] “LA DECISIÓN JUDICIAL Y LA
INFORMACIÓN”. Julia Barragán. Revista de Teoría y
Filosofía del Derecho. n°1, Octubre 1994 en http://www2.scjn.gob.mx/investigacionesjurisprudenciales/seminarios/2o-seminario-jurisprudencia/material-complementario/05julia-barragan-la-decision-judicial-y-la-informacion.pdf
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