Debo admitir que hasta hace muy poco tiempo, no tenía conocimeinto ni alcance de lo que significaba la Agenda Digital 2.0; después de una somera lectura de la misma, aún sigo poco convencido de toda la proyección que se plasma en los ocho objetivos – cada una de ellas con diversas estrategias – para que la sociedad peruana en su conjunto, se encuentre a la altura y velocidad del siglo que presenciamos.
Las TIC’s (Tecnologías de la Información y la Comunicación), al parecer, no logran romper las estructuras políticas del gobierno presente en las que se encuentran insertas. Las buenas nuevas, para nuestra sociedad, que se proyectan con las TIC’s han llegado a ser abanderadas promesas de campañas políticas, y – en algunos casos concretos – nombradas para hacer muestras de que un Institución de Educación Superior – sobre todo Universidades – se encuentran a la altura de los tiempos modernos.
Sería mezquino echar por tierra toda esta proyección, este plan, que extendido en una mesa de trabajo encuentra en sus lectores ilusiones y esperanzas de encontrarnos, como en algunas sociedades del entorno sudamericano y ya no digamos de aquellas que se encuentran “del otro lado del charco” (expresión para indicar a los estados europeos), a la altura de la era de la informática.
Pero, quisiera ir concretando mi crítica y señalar mi experiencia más próxima desde lo vivido actualmente en mi Casa de Estudios; universidad que se precia de ir dando pasos y obteniendo logros en lo que a TIC’s se refiere. Sin negar lo anterior (pues existen desde algunos años atrás cursos de TIC’s dirigidos a formar y poner en actualidad a nuestros docentes), no logro entender el hecho de dirigirme al Centro de Cómputo de mi universidad y no tener acceso a las variadas posiblidades de utilizar la información que el Internet nos ofrece. Es decir, contamos con la infraestructura necesaria – que ya otros sectores de nuestra sociedad anhelarían tener, y más aun aquellas regiones de nuestro país en las cuales esta proyección es aún un futurible – para estar inmersos en la era cibernética, y se sigue pensando que los universitarios no están preparados para hacer usos de las mismas.
En una ultima sesión en la Sala de Cómputo, no podíamos acceder ni a copiar imágenes para implementar nuestros blog’s. A lo que voy: tengo los medios, procuro estar al día con las TIC’s, ofresco cursos de TIC’s y así tener al día a mis docentes, brindo – como entidad educativa superior y particular – Salas de cómputo, medios para ser paladínes y abanderados de encontrarse a la altura de los tiempos modernos….PERO, (siempre los benditos PERO’s), no tengo la confiabilidad en aquellos usuarios a los cuáles se pone al alcance esa infraestructura; de tal modo que se colocan restricciones, bloqueos, no acceso a programas básicos, etc, etc, etc.
Tengo la misma sensación al leer la AGENDA DIGITAL 2.0; grandes objetivos, abundantes estrategias, ofrecimientos y deseos de contar con tecnología de punta, de brindar a la sociedad mejores parámetros de bienestar y desarrollo…y creemos que con regalar computadoras a los niños – quizá hasta en sectores que no gozan de servicios de primera necesidad – ya son grandes pasos de avance tecnológico.
El temor a que los usuarios-universitarios no sepan hacer uso de las infraestructuras tecnológicas, no pasa por bloquear o limitar el acceso al internet, sino por invertir más y mejor en la formación humana e integral – bien redactadas en nuestros perfiles profesionales presentes en cada una de las seis facultades que cuenta nuestra universidad – para saber conducirnos en el uso de estos medios tecnológicos.
Estoy convencido, una vez más, que somos una sociedad inmediatista, muy dados a lo fácil, a soluciones rápidas, a ensalzar los logros y no mencionar ni dejar que asomen nuestros defectos. Se tiene que invertir más en educación, formación en valores y virtudes para ganar universitarios responsables de su tiempo y de su espacio, e influir y dinamizar nuestra sociedad para que dar pasos verdaderos de que estamos progresando. El progreso tecnológico, sin el progreso como personas de buen vivir y del buen hacer, no es motivo suficiente para henchirnos de orgullo por los logros (valideros también) que se van alcanzando en el campo de las TIC’s.
Quizá no hablé nada de La Agenda Digital 2.0, pero pongo la atención en que toda esta agenda, de gran proyección y avance para nuestra sociedad y para cada rincón de nuestro país, tiene que ir de la mano de un esmerado esfuerzo por formar personas para dar un mejor talante a nuestra sociedad, tan venida a menos.
Utópico, idealista, irreal, imaginario… no lo sé, pero lo que sí sé es que llevar a cabo ambas (tecnología y formación humana) implica mucha más inversión y como bien decía un comercial de antaño: “eso cansaaa”.